Le pido disculpas por escribirle cuando soy consciente de que tengo prohibido por su parte el mantener cualquier tipo de contacto. Sin embargo, hoy, día de su cumpleaños, no h
e podido evitar el pensar una y otra vez en usted, por lo que necesitaba tomar la pluma y el escribir estas letras para felicitarle. En cuanto llegue a Inglaterra, que será pronto, entregaré esta carta a su padre para que se la haga llegar. Había pensado el enviarle algún regalo, pero por si pudiera considerarlo una grosería he pensado que es mejor contener mi impulso y limitarme a esta carta, en la que le deseo lo mejor. Nada más, con la intención de no molestarle más de lo necesario y deseando que haya pasado de la primera línea se despide, siempre suyo.
Capitán Daniels. En la HMS Circe. El 7 de mayo de 1808.
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