miércoles

Tragedia

En Marsella, el 4 de marzo de 1809. En una habitación de la calle Le Panier

Me parece increíble. Todo esto debe de ser un sueño.

No. Es una maldita pesadilla.

Estoy en Francia, en Marsella. Y prisionero.
Lo único bueno es que, milagrosamente, me han permitido mantener mi diario.
Apenas lo miraron.
En cuanto se dieron cuenta de que era algo personal, y que sus datos militares eran insignificantes, me lo devolvieron, aunque al precio de dar mi palabra de caballero de que no reflejaría nada en él que pudiera comprometer la seguridad de Francia.
Obviamente acepté.

No tengo ánimos para relatar lo ocurrido.
Es demasiado doloroso.

Desgraciadamente creo que voy a tener tiempo de sobra para reflejarlo en mi diario.

Creo que estas cuatro paredes me van a resultar familiares durante mucho tiempo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Capitán, no tengo duda de que se va a fugar. Hablaré para que algún gamberro rioplatense lo a yude.

Náufrago dijo...

No pensará capitán que nos habíamos creído que en los últimos días no iba a suceder nada importante.

Concentre todas sus fuerzas en salir de ahí cuanto antes.

Dani Yimbo dijo...

Será complicado salir de ésta, señores. Con su permiso.

Fernando dijo...

No alcanzo a imaginar lo duro que será permanecer encerrado con uno mismo. Me sorprende la cortesía de los guardias de dejarle su diario (¡menos mal!). Estar a solas incita a pensar y reflexionar, espero que en lugar de torturarse con recuerdos pasados, halle la fortaleza para urdir un buen plan de escape, si no es que los astros se han conjurado ya para mandarle un salvador. Le deseo una estancia lo más corta posible

Irdabama dijo...

¿Qué se ve desde la ventana?

Besucos para el prisionero.