lunes

A vista del Nercuse

A la atención del Almirante Daniels, en Bedford (Inglaterra). Del capitán Daniels, frente a la costa de Portugal, a bordo de la HMS Circe, el 11 de febrero de 1808

Querido padre: Aprovecho que hemos avistado en el horizonte el inconfundible palo mayor (levemente inclinado hacia atrás) del paquete Nercuse para escribir apresuradamente estas líneas. Nos encontramos frente al estuario del Tajo, ya que hemos recibido informes de que la escuadra rusa se dispone a abandonar Lisboa. De momento no hay movimiento, quizás debido al temporal que hemos tenido que sufrir durante estos días, especialmente cuando nos encontrábamos más cerca del cabo San Vicente, ya que las aguas del Estrecho eran una furia.

Tras varios días capeando el temporal, hemos vuelto a la tranquilidad, aunque l
as olas siguen siendo grandes, lo que provoca grandes cabeceos en la Circe. Por tanto hemos vuelto a nuestra posición, frente al Tajo, aunque después de tantos días sin saber nada de velas en el río he decidido enviar el cúter y la lancha con el segundo del piloto, el señor Blond, al mando. Remontarán el río hasta llegar a la misma Lisboa, una misión arriesgada pero que estoy seguro de que se llevará a cabo sin problemas, ya que el suboficial al mando ha probado en numerosas ocasiones su valía, tanto a la hora de poner firmes a los marineros como al enemigo.

El señor Evans me acaba de informar que el
Nercuse ha puesto las velas en facha, y entregaré la carta para que llegue hoy mismo a Inglaterra. Siento lo breve, muy breve, de estas líneas. Espero que tanto usted como mi querida madre se encuentren bien. Por mi parte no sé cuánto tiempo seguiré a las órdenes del contraalmirante Collingwood, pero en cuanto me liberen del servicio en Tolón (ya que oficialmente sigo a sus órdenes) trataré de visitarles.

Se despide más su hijo enviándolo el más caluroso de los saludos.

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